Adquisición del lenguaje y el sistema sensorial

El estudio de la adquisición del lenguaje se presenta como una cuestión fundamental de la lingüística, cuyo objetivo es explicar cómo los seres humanos aprenden, expresan e interactúan dentro de la sociedad a través del lenguaje.

El desarrollo de los sentidos es muy importante para la evolución del ser humano, ya que, a través de ellos, nos ponemos en contacto y conocemos el mundo exterior, evolucionando nuestro aprendizaje.

La adquisición del lenguaje ocurre a través de los cinco sentidos: tacto, oído, vista, olfato y gusto.

El sistema sensorial ayuda a estructurar el cerebro para reconocer los estímulos externos.

Los sentidos

Toque: el primer significado que el recién nacido aprende a usar. Hasta el tercer mes de vida, la sensibilidad del bebé se concentra en la cabeza, la boca y el tronco. El pequeño responde a la textura, la temperatura y la proximidad, por lo que es importante amamantar, abrazar, bañar y masajear.

Audición: el oído es el primer órgano sensorial que se desarrolla. A las 24 semanas de gestación, el bebé percibe y distingue los sonidos externos. Por esta razón, es esencial estimular esta sensación durante el embarazo. Los niños nacen con un enorme potencial musical. Recibir estímulos musicales en los primeros años de vida, favorece la creatividad, la comunicación, la sensibilidad y la sociabilidad.

Visión: incluso perfectamente desarrollados al nacer, los bebés no pueden ver al 100%. El proceso visual requiere un largo aprendizaje. El cerebro necesita aprender a interpretar lo que ven los ojos, un proceso de maduración durante los primeros tres meses de vida.

Olor y sabor: aunque es el más sensible de todos los sentidos, el olor tiene un lugar secundario. El bebé percibe los primeros olores, a partir del séptimo mes de embarazo, es capaz de “sentir” lo que ingiere la madre y “siente” también el olor de la madre, que se clasifica como una fuente infinita de tranquilidad después del nacimiento. El olor está relacionado con el gusto, lo que explica su participación en la estimulación del apetito. A medida que el sabor se provoca con diferentes sabores, las preferencias comienzan a manifestarse.

La adquisición del lenguaje es la ocurrencia más significativa en la vida de un niño, generalmente entre uno y tres años, desarrollando inteligencia.

Etapas

:: Minutos después del parto, el bebé ya detecta a las personas que lo rodean e interactúa con ellos. Esta es la comunicación preverbal. La posibilidad de signos lingüísticos aparecerá con el tiempo, pero se prepara en esta etapa.

:: A los 3 meses, el niño comprende palabras simples y comienza a desarrollar una comunicación no verbal a través de la imitación.

:: A los 4 meses comienza el balbuceo. Los bebés reproducen ciertos sonidos constante y repetidamente.

:: Al final del primer año, este balbuceo se ve como una repetición intencional y el niño ya tiene la posibilidad de pronunciar las primeras palabras.

:: La primera palabra expresa una intención de significado conciso y realmente corresponde al acceso al lenguaje.

No hay palabras privilegiadas. La primera palabra tiene más significado para el niño que para el adulto, refiriéndose a una acción, objeto o situación. Durante el proceso de socialización, el niño amplía su vocabulario, no solo en términos de cantidad de palabras, sino también de complejidad.

La teoría de Piaget destaca la importancia de la experiencia para el desarrollo del lenguaje. De esta manera, el conocimiento resulta de una actividad estructurante. Este conocimiento proviene del comportamiento y la interacción. El desarrollo infantil es una cuestión de salud física y mental.

La adquisición de un lenguaje, así como el desarrollo de la capacidad comunicativa, merecen la máxima atención ya que son indicadores preciosos del proceso evolutivo. El estudio del lenguaje es amplio y ofrece numerosas posibilidades a los científicos e investigadores y aún queda mucho por descubrir sobre el ser humano y su complejidad.