Lecciones que aprendí de mis alumnos

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Este texto surgió cuando recibí el siguiente mensaje de un querido alumno “¡Gracias maestro! ¡Tengo que agradecerles no solo por enseñarme la asignatura sino cómo ser la persona que soy hoy! ”. Estaba extremadamente feliz de que lo aceptaran en el curso y en la universidad de sus sueños, le envió un mensaje felicitándolo y recibió una respuesta que me hizo llorar.

La educación no es solo una forma. Ella, como la mayoría de las avenidas de la vida, viaja con reciprocidad. Como Educadora, Directora y Docente, me siento inspirado por las lecciones que me entregaron mis alumnos, a quienes me comprometieron a ofrecer lecciones. Empecé a enseñar a los 15 años. Los libros, los cursos, la educación superior me enseñaron mucho. Pero aprendí grandes lecciones en el aula. En la práctica, a diario. Con cada uno de ustedes.

Thich Nhat Hanh, un maestro zen vietnamita y activista por la paz, y la persona que me enseñó el zen a través de sus libros, acuñó el término “interser”. Es un término que, en su mayor parte, pretende describir la verdad de nuestra interconexión de manera más clara y correcta. Todas las cosas viven intrínsecamente conectadas entre sí, intercambiando lecciones de crecimiento para ayudarnos a avanzar hacia una mayor Sabiduría.

Es con esto en mente que reconozco las siguientes lecciones aprendidas:

1. Actúa siempre con amor y compasión.
Imagina tus emociones como una forma de energía. Y estas diversas energías (ira, tristeza, alegría, etc.) pueden transferirse de persona a persona. Si alguien siente una fuerte sensación de alegría, irradia esa alegría y afecta a quienes lo rodean, haciéndolos un poco (y a veces mucho) más felices con solo estar cerca de ellos. El uso de la inteligencia emocional en el aula me ayudó a comprender las diferentes emociones de los estudiantes, especialmente las negativas. Si perdía los estribos y gritaba como cualquier otro maestro, ellos harían lo mismo. Si reaccionaba con amor y compasión, incluso si no implicaba una palabra, recibiría amor y compasión a cambio. La inteligencia emocional en el aula me ayudó a resolver conflictos sin tomar medidas punitivas. La hostilidad y la agresión nunca entrarían en mi habitación. En cambio, siempre he usado técnicas de autorregulación para brindar momentos de autoconciencia y desarrollo de habilidades.

2. La división es un producto de nuestra mente condicionada
Las creencias, la raza, el género y cualquier otra forma en que los seres humanos busquen dividirse y tratarse de manera desigual no forman parte de mi salón de clases. Claro, tienen curiosidad, te hacen preguntas, pero no juzgan. Hasta que el mundo exterior les inyecte creencias de que deben juzgar algo de una manera específica. Esto puede parecer un punto obvio, pero no tendríamos conflictos, crímenes o desigualdades si ese punto fuera realmente tan obvio. La división es un producto de la mente “pequeña” o condicionada, que permanece inconsciente de nuestra interacción. Sin embargo, con mis alumnos, las clases siempre han sido naturalmente aceptadas y armoniosas.

3. Tenemos el potencial para hacer cosas increíbles
Realmente tenemos el potencial para hacer cosas increíbles, solo necesitamos estar dispuestos a poner el trabajo en práctica y comprender que el cambio no ocurre de la noche a la mañana. Casi todos los días veo historias de mis estudiantes que hacen cosas increíbles e increíbles a través del trabajo duro y la perseverancia. No necesariamente necesitaban tener habilidades previas que los ayudaran a alcanzar su objetivo, simplemente trabajaron duro y nunca se rindieron. Cuando aceptamos que el cambio es un proceso gradual, la verdad es liberadora. Y eso es lo que mis alumnos me enseñan a diario, para lograr mejoras duraderas e inconmensurables en la vida.

4. Alegría en el aula
Una sonrisa es una herramienta poderosa. Al analizar el aula, a menudo observamos solo los resultados del examen o las calificaciones de los estudiantes. Las evaluaciones son importantes, por supuesto, pero ¿y si las calificaciones no son un verdadero indicador de éxito? En lugar de mirar primero las calificaciones, comencé a preocuparme por la felicidad de mis alumnos. En su libro “The Happiness Advantage”, el experto en psicología positiva Shawn Achor demuestra que el éxito no conduce a la felicidad, pero la felicidad sí conduce al éxito. En lugar de mirar los resultados y simplemente pedirles a nuestros estudiantes que se esfuercen más, debemos crearlos para el éxito a través de la felicidad. ¡Estudiante feliz! ¡Feliz maestro!

5. Aprenda a escuchar
Nuestros hijos ruegan ser escuchados. No importa cuán extraña o absurda sea la historia, solo escuche. Cuentan a sus profesores todo tipo de historias, desde las clásicas hasta las simplemente extrañas. ¿Qué es lo que realmente quieren? Habla, pregunta, aprende. Sepa que sus palabras son importantes. Esto ayuda a su autoestima, les permite establecer conexiones reales y les ayuda a aprender a interactuar con otras personas. En un mundo donde muchos de ellos simplemente se comunican electrónicamente, nada sustituye a las conexiones del mundo real en el fondo.

6. Profundiza
La buena noticia sobre la enseñanza de un idioma es que no estamos limitados a un solo contenido. De hecho, somos libres de enseñar casi cualquier cosa que nosotros (o nuestros estudiantes) queramos, siempre que también estemos perfeccionando sus habilidades. ¿Por qué enseñar solo vocabulario y gramática cuando nuestros estudiantes tienen mucho más que aprender? ¿Y cuándo se puede presentar, enseñar y practicar el idioma de manera más eficaz a través de una comunicación auténtica? Soy partidario de compartir buenas ideas. De modo que no solo establezco objetivos de idioma, sino también objetivos de contenido para cada clase. Cuando enseño a mis alumnos una asignatura típica, por ejemplo, la comida, no solo aprendemos el vocabulario, aprendemos a comer de forma saludable, y con una ayuda visual aprendemos a hacer una receta rápida. Siempre estuvieron abiertos, receptivos, dispuestos a aprender. Y me motiva a aprender algo nuevo todos los días.

Al aprender, enseñarás, y al enseñar, aprenderás.

Phil Collins

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Kátia Brunetti — English / Español
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Written by Kátia Brunetti — English / Español

Owner itanaliafranco, Educator, Teacher, Translator/Interpreter, Writer, Speaker, Coach, Holistic Therapist. Medium PORTUGUÊS @ katiabrunetti3

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